La estrategia sin tácticas es la ruta más lenta hacia la victoria. Las tácticas sin estrategia son el ruido antes de la derrota. Sun Tzu
La aventura de emprender a menudo comienza con un grito de "¡todos a bordo, todos hacen de todo!" Es comprensible. Al iniciar la travesía empresarial, es normal que la claridad sobre los roles al principio sea difusa. La formación del sistema que constituye una empresa lleva consigo la necesidad de cubrir todas las bases.
Cuando los emprendedores comienzan este viaje, asumen varios roles: ventas, operaciones, aspectos administrativos, financieros, legales, atención al cliente y todas las tareas relacionadas con la puesta en marcha de la nueva empresa. Esto sucede, sobre todo, cuando hay uno o dos socios fundadores y no hay empleados o colaboradores. Pero incluso en equipos más grandes, he visto este fenómeno, donde la distribución de roles podría ser más fluida y flexible.
A medida que el barco comienza a navegar y la empresa toma forma, se hace evidente la importancia de definir roles mínimos. Reconocer cuáles responsabilidades y funciones son esenciales para el crecimiento y estabilidad, se vuelve crucial en el inicio de la aventura.
La transición de "toderos" a gerentes implica una evolución organizacional. Es como pasar de un equipo de músicos improvisando a una orquesta bien afinada. ¿Cuáles son esos roles mínimos? ¿Qué instrumental debemos tener presente desde el inicio? Para enfatizar en este tema puedes consultar la entrada ¿Quien hace qué? ¿roles y responsabilidades en tu emprendimiento.
Definir roles clave como la dirección general, dirección de ventas, operaciones, finanzas y desarrollo de productos se convierte en el próximo paso. Estos roles son los cimientos sobre los que se construye una estructura empresarial sólida. Aprender a delegar y confiar en la especialización de cada miembro del equipo es parte de este proceso. Es el arte de pasar de hacer "todo" a coordinar y liderar desde la especialización y el enfoque estratégico. La claridad en las funciones impulsa el crecimiento, la eficiencia y el éxito a largo plazo en el emocionante mundo empresarial.
Identificar dónde agrega más valor cada socio y cuáles son sus competencias duras y blandas, es crucial para definir estratégicamente el liderazgo en una empresa en crecimiento. La distribución estratégica del liderazgo puede depender de diversas variables, entre ellas:
Competencias: Si tus competencias duras se alinean fuertemente con aspectos administrativo-financieros, tendrías un enfoque y una destreza natural para manejar esta área. Lo mismo ocurre si tus competencias se inclinan hacia lo mercadológico o la producción.
Desarrollo del equipo: Evaluar las competencias del equipo existente y dónde podría ser más efectivo tu liderazgo puede ser un factor decisivo. Si ya hay fortalezas en lo administrativo-financiero, por ejemplo, tu liderazgo podría ser más estratégico en otra área para complementar y fortalecer al equipo.
Visión de futuro y prioridades del negocio: Considerar la visión a largo plazo de la empresa puede ayudar a determinar dónde tu liderazgo puede tener un impacto más significativo. Identificar qué área necesita mayor participación tuya y cuáles pueden ser lideradas por tus socios de acuerdo con sus perfiles.
Además de identificar donde agregas más valor como emprendedor, también es importante que desarrolles la competencia de pensamiento estratégico, la cual implica una combinación de visión, análisis, planificación y toma de decisiones a largo plazo con el objetivo de lograr el éxito en un entorno empresarial o en la resolución de problemas complejos. Esta competencia abarca una amalgama de habilidades que van más allá de simplemente resolver problemas inmediatos. Implica una mentalidad de largo plazo, una visión holística y la capacidad de analizar situaciones complejas para tomar decisiones efectivas.
Si quieres revisar que tal está tu pensamiento estratégico puedes reflexionar en torno a estas cuestiones:
¿Tengo una visión clara y definida del destino al que quiero llegar?
¿Cómo está mi capacidad de análisis? ¿Comprendo el entorno empresarial?
¿Identifico tendencias, evalúo riesgos y oportunidades?
¿Cómo está mi capacidad de planeación?
¿Elaboro planes que no solo aborden el presente, sino que también consideren el futuro? ¿Tengo en cuenta los posibles obstáculos y desviaciones que puedan surgir?
Además de resolver problemas inmediatos, ¿evalúo cómo cada decisión impactará a largo plazo?
¿Tengo en cuenta el crecimiento sostenible del negocio?
Desarrollar esta competencia no solo es importante para el éxito empresarial, sino también para la resolución de problemas complejos. Es como tener una brújula que orienta hacia soluciones efectivas y no solo remedios temporales. El pensamiento estratégico se convierte así en una herramienta fundamental para la toma de decisiones efectivas en el mundo empresarial y para abordar desafíos complejos con una perspectiva más amplia y profunda.
Como emprendedores invertimos mucho tiempo haciendo y poco tiempo pensando. Debemos parar el activismo, el frenesí del día a día y peguntarnos ¿Cuánto tiempo dedico a la planeación, la reflexión, al análisis y a la creatividad? El activismo constante puede llevar a perder de vista la importancia de la generación de nuevas ideas en el proceso emprendedor. Detenerse y dedicar tiempo a estas actividades es fundamental para el crecimiento sostenible y la innovación en cualquier negocio.
Es esencial hacerse esas preguntas:
¿Cuánto tiempo dedico a la planeación estratégica?
¿Cuánto tiempo reservo para reflexionar sobre el rumbo que está tomando mi negocio?
¿Cuánto espacio doy a la creatividad para generar nuevas ideas?
La planeación estratégica debe ser una prioridad. Es el momento para trazar el rumbo, definir metas claras y establecer los pasos necesarios para alcanzarlas. La reflexión es igualmente valiosa. Tomarse un tiempo para analizar el progreso, evaluar qué está funcionando y qué no, permite ajustar el rumbo y aprender de las experiencias pasadas.
Y la creatividad es el combustible que impulsa la innovación. Dedicar tiempo a explorar nuevas ideas, pensar fuera de lo convencional y fomentar un ambiente que promueva la creatividad puede ser fundamental para el crecimiento y la diferenciación en el mercado.
Hacer una pausa en el activismo diario para dedicar tiempo a estas actividades puede ser la clave para revitalizar la empresa, generar nuevas oportunidades y encontrar soluciones creativas a los desafíos presentes. Es un cambio de perspectiva que puede marcar una gran diferencia en el camino hacia el éxito empresarial.
Para pasar de todero a gerente es indispensable dejar espacio y tiempo para pensar ¿Cuántas horas de la semana dedicas a pensar tu negocio?
Fanny Alexandra Gallego Lopera
¡Divertido, útil y bien hecho!
Psicóloga de profesión,
emprendedora por convicción
profe de vocación,
mamá por amor
y escritora por pasión.
Fuente imágenes: Pixabay.
Mentora de emprendedores en Corporación Mundial de la Mujer (De Mis Manos), Parque del Emprendimiento y otras entidades del ecosistema de emprendimiento de Medellín y Colombia. Docente de la Universidad de Antioquia. Consultora Empresarial. Mamá de Emanuel y Selene. Escritora aficionada de cuentos y poesía, he publicado tres libros Mil lunas y un delirio, Bitácora de sueños y Emprendizaje: el proceso de aprender a emprender.
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