“Tanto si piensas que puedes como si piensas que no, tienes razón.” -Henry Ford
En sencillas palabras, la frase de Henry Ford me ayuda a explicar lo que es la autoeficacia, de manera simple es responder a la pregunta ¿Qué tan capaz me siento? Los psicólogos la definimos como un autoesquema (percepción de sí mismo) que contiene el conocimiento de las habilidades que tenemos para enfrentar los problemas o desenvolvernos en ciertas situaciones. La autoeficacia es la confianza y convicción de que es posible alcanzar los resultados esperados.
Este autoesquema es un elemento central en la percepción y manejo de la incertidumbre inherente al proceso de emprendimiento. Contar con altos niveles de autoeficacia, le permite al emprendedor estar mejor equipado para tolerar las situaciones de incertidumbre y de frustración, contando con mayores recursos cognitivos y afectivos que le posibilitan centrarse en las oportunidades más que orientar su conducta hacia la disminución del riesgo; quienes están orientados a evitar el riesgo prefieren escenarios más estables y seguros, condiciones ajenas al emprendimiento.
Abordo este tema después de dos eventos en mi rol como psicóloga y mentora de emprendedores; el primero fue tener una interesante conversación con un colega desarrollador de negocios, que muy motivado me preguntaba acerca del papel y alcance de la psicología en el proceso de hacer empresa. El segundo evento fue una sesión de mentoría con una emprendedora, en la cual la retroalimentaba acerca de su convicción y la confianza en sus capacidades, le hice varias preguntas entre las que resalto las siguientes:
¿Qué tanto crees en ti?
¿Qué tanto crees en tus capacidades?
¿Qué tanto confías en que lograrás la meta que tienes?
¿Qué tanto te crees tú misma?
Esos dos eventos movilizaron mi intención de compartir esta reflexión sobre la importancia de la autoeficacia para quienes estamos en el ecosistema de emprendimiento como emprendedores o como mentores. En algunas oportunidades he escuchado a quienes trabajan en el ecosistema decir que “algunos emprendedores no se la creen, o no se toman en serio, o no juegan para ganar o no tienen mentalidad ganadora”; y todas estas expresiones apuntan a elementos relacionados con la autoeficacia. Como el emprendedor se percibe a sí mismo en el contexto de esa compleja realidad a la cual se enfrenta a diario de crear empresa y como esa percepción funciona como un elemento que modula su motivación, su acción y por lo tanto su desempeño y resultados.
"Una embarcación se dirige a oriente y otra a occidente y soplan los mismos vientos. Es la posición de las velas y no los vientos, lo que nos dicta el rumbo a seguir. Como los vientos del mar es el destino; cuando viajamos por la vida, es la posición del alma la que decide su meta, no la calma ni la lucha." - Ela Wheeler Wilcox
Tener un esquema fortalecido de la propia eficacia personal significa respondernos de manera adecuada a la pregunta ¿Qué tan capaz me siento para enfrentar un reto, para resolver un problema o desempeñarme en determinada situación? En el contexto del emprendimiento la pregunta a hacernos si somos emprendedores es ¿Qué tan capaz me siento para asumir el reto de crear empresa y para resolver los problemas que se presenten en el camino?
Las preguntas necesarias para quienes acompañamos procesos de emprendimiento son:
¿Por qué es importante considerar la autoeficacia en el proceso de hacer empresa?
¿Cómo contribuimos y orientamos al emprendedor para que pueda incrementar sus niveles de autoeficacia?
El proceso de hacer empresa es un reto complejo que demanda exigencias de orden emocional y psicológico al emprendedor, para ser perseverante y no rendirse ante el primer obstáculo es necesario un esquema de autoeficacia fortalecido, este determinará cuánto esfuerzo realizará el emprendedor y durante cuánto tiempo persistirá frente a obstáculos y experiencias aversivas del proceso emprendedor. A mayores niveles de autoeficacia mayor capacidad tendrá de tolerar situaciones y experiencias que le causan dolor o malestar físico y/o psicológico, como dificultades con los socios, clientes y proveedores o incluso las dificultades económicas.
A continuación, encontrarás algunas de las creencias en las cuales se fundamenta la autoeficacia. Estas creencias responden a la pregunta ¿Qué piensan de sí mismas las personas con un buen nivel de autoeficacia?
Puedo resolver problemas difíciles si me esfuerzo lo suficiente.
Me es fácil persistir en lo que me he propuesto hasta llegar a alcanzar mis metas.
Tengo confianza en que podría manejar eficazmente acontecimientos inesperados.
Gracias a mis cualidades y recursos puedo superar situaciones imprevistas.
Cuando me encuentro en dificultades puedo permanecer tranquilo porque cuento con las habilidades necesarias para manejar situaciones difíciles.
Puedo resolver la mayoría de los problemas si me esfuerzo lo necesario.
Si me encuentro en una situación difícil, generalmente se me ocurre qué debo hacer.
Así que si eres emprendedor o estás pensando en esa opción la pregunta es ¿Qué tal está tu autoeficacia? En una próxima entrada te compartiré algunas estrategias para identificar este autoesquema y para potenciarlo.
Todo un reto... Es una maravillosa invitación a ser consciente de la importancia del autodesarrollo... y desde ahí mejorar hábitos. Gracias.